miércoles, 20 de abril de 2011

Felicidad
Doreidi Lizeth Garcia Garcia


Antes de apreciar una sonrisa
Debemos de admirar una lágrima.

Fue un día normal, quizá como el de cualquiera. El sol brillaba como cada día en la mañana iluminando los rostros de cada persona, el viento soplaba por entre los árboles haciendo una hermosa melodía con sus hojas. Nada fuero de lo común.
           
Realmente mi vida era rutinaria, en la mañana mi despertador sonaba exactamente a las 5:30 a.m. me levantaba en dirección al baño para lavar mi rostro y cepillar mis dientes, posteriormente tomaba un baño de no mas de 10 minutos. Después procedía a ponerme uno de mis trajes que eran casi todos de color negro o azul, puesto que creía que estos colores iban con toda clase de ocasión. Salía a las 7 a.m. de mi casa para ir a trabajar, siempre caminaba, tan solo vivía a unas pocas cuadras de ahí, aparte de que era mas práctico que ir en autobús, auto e incluso metro.

Era de las pocas personas que llegaban temprano al trabajo, casi siempre llegaba a las 7:30 a.m. y mi hora de entrada era a las 8:00 a.m que puedo decir me gustaba ser una persona cumplida en todo lo que hacía, después de llegar iba tranquilamente por un café y una dona glaseada, eran mis favoritas. Casi todas las personas que trabajaban ahí, llegaban corriendo porque se habían despertado tarde o por cualquier estupida razón a la cual siempre le echaban la culpa, siendo que el único motivo de  llegar tarde era su irresponsabilidad y desinterés hacía su trabajo.

Yo solamente observaba, no me gustaba discutir contra ellos por razones sumamente obvias, aunque realmente no me gustaba cruzar palabras con varios sino es que todos lo que trabajaban ahí, conmigo. Casi todos se me hacías personas mediocres, las cuales parecía que solo estaban ahí para platicar y quejarse de lo mediocre que eran sus vidas y todo lo que hacían. Así que prefería hablar con ellos solo lo necesario, incluso días solamente decía “buenos días” y “hasta luego”.

Mi trabajo es administrar los gastos de la empresa, los cuales se basan en la compra de materiales exportados principalmente de Estados Unidos. Tengo un buen salario con el cual he cumplido todo capricho que se me ha ocurrido, desde una lujosa y enorme casa, un deportivo carro negro hasta un perro al que llamo “Dobi”, se que ese no es un buen nombre para un perro pero desde que era pequeño quise ponerle ese nombre a una de mis mascotas lo cual no fue posible porque mi madre era alérgica a perros, gatos y toda clase de animales con pelo. Y lo mas cercano que estuve de un animal fue un pez el cual fue comido por el gato de mi vecino al día siguiente de que me lo habían comprado.

Después de trabajar, paso por una copa de whisky a un pequeño bar que se hace llama “FELICIDAD” un nombre bastante estupido para llamar a un bar, donde la mayoría de los individuos van a tomar alcohol hasta emborracharse y vomitar. Realmente no se a que voy a ese lugar, talvez me gusta observar a las personas como van a embriagarse y a desahogar sus penas en el alcohol y reírme de ellos por lo mediocre que es eso, puesto que creen que sus problemas se irán con una botella de tequila, whisky, etc. O a reírme de cómo yo al ir a ese lugar también lo soy.

Salgo de la “FELICIDAD” justo antes de que sean las 10 a.m. y camino hacia mi hogar o en ocasiones tomo el autobús para compartir un momento con las personas aunque no lo hago muy a menudo prefiero la compañía de Dobi. Al llegar a mi hogar subo los 15 escalones que separan el primer piso con el segundo y entro a mi habitación, donde me pongo mis pantuflas y quito mi traje para ponerme mi bata de dormir. Salgo un momento como cada noche al balcón.

-         Ahí esta, como siempre, mi amiga mi fiel amiga

A la cual normalmente veo por  varios momentos antes de ir a dormir y le cuento mi día el cual normalmente nunca cambia, de la cual aprecio su compañía, su hermosura. La cual me hace feliz porque me escucha sin decir ni una sola palabra. Si así es hablo de ella de mi luna, la que brilla cada noche en el manto de la oscuridad brindándonos su luz.

Mi vida es sencilla o así la veo yo, mas sin tener una pareja a mi lado, una familia más que mi perro Dobi, soy feliz puesto que no tengo motivos para no serlo tengo todo lo que desee un día. Hago lo que yo quiero. Como ahora como en estos momentos, que escribo mi vida en un pedazo de papel mientras platico con la luna. Talvez nadie lea esto, talvez mañana esta hoja este tirada en la basura o talvez quede en mi escritorio durante días hasta que el viento la vuele. Realmente no lo se…

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